Por supuesto, el dinero fiduciario no puede hacer maravillas. No significa que un Estado, al ser capaz de producir dinero infinito, pueda permitirse y realizar todo. Un Estado sólo puede emplear su propia moneda para comprar y utilizar los recursos que efectivamente posee su país. Por ejemplo, si la industria nacional de la construcción es insuficiente y faltan profesores locales formados, el Estado no tardará en exceder su capacidad a la hora de construir escuelas. Esto significa que los recursos positivamente disponibles en el país son el límite, no la moneda nacional. Si el Estado produce más dinero que recursos disponibles, creará inflación. Por otro lado, si todavía hay recursos disponibles, incluida la mano de obra, el Estado podría seguir creando el dinero fiduciario para emplearlo en el bien público.
Cuando se trata de comprar productos de países extranjeros, las cosas se complican, ya que un Estado sólo puede garantizar el valor interno de su moneda fiduciaria a través de los impuestos. El valor externo de una moneda, en cambio, depende de diferentes factores, el más importante de los cuales es la exportación. Un país con suficientes exportaciones puede utilizar la moneda ganada para comprar productos que no puede producir él mismo. Por el contrario, un país pobre con pocas exportaciones se encontrará en dificultades cuando necesite importar. No puede obtener las divisas mediante la exportación y su propia moneda nacional tendrá un tipo de cambio bajo y poco poder adquisitivo internacional. Por lo tanto, puede verse obligado a pedir prestadas divisas, como dólares o euros, a prestamistas extranjeros para importar los productos necesarios. En este caso, el Estado tendrá una deuda externa en moneda extranjera. Y ahora lo que se dice en este artículo sobre las monedas fiduciarias y la deuda soberana ya no se aplica. Un Estado con deuda en moneda extranjera se convierte en un deudor ordinario que depende de sus acreedores, pues ahora debe una moneda que su banco central no puede generar. Por lo tanto, es crucial distinguir siempre entre la deuda en la propia moneda de un país y la deuda en moneda extranjera, ya que son tipos de deuda fundamentalmente diferentes. Cuando se analizan las crisis de la deuda de las últimas décadas, casi siempre se encuentra involucrada la deuda en moneda extranjera. O como en el caso de Grecia, el factor clave fue la nueva construcción de la Eurozona, una zona monetaria que aún no había decidido cómo tratar a sus propios países miembros; como países extranjeros o como parte de una zona monetaria común para la que el banco central utilizará su privilegio ilimitado para generar dinero fiduciario.
El dinero fíat no resolverá el desequilibrio global existente, las estructuras de poder y las dependencias de los países más pobres. Para resolver la injusticia global a largo plazo, es necesario un orden comercial internacional diferente; uno que permita al sur global proteger y desarrollar sus propias economías y que desaliente los excedentes de exportación, reconociendo esto como la otra explicación correspondiente de la crisis de la deuda global. Porque cuando se trata de la contabilidad a nivel macro, inevitablemente y por definición, los superávits de un país son los déficits de otro, uno aumenta el ahorro neto y el otro la deuda neta. El análisis de la TMM puede ayudar a entender esto, así como la peligrosa naturaleza de la deuda en moneda extranjera. Y puede poner de relieve la posibilidad de que todos los Estados refuercen el ciclo del dinero fiduciario, el gasto público y los impuestos para aprovechar de la manera más eficaz los recursos que un país posee efectivamente, incluida la mano de obra desempleada.
Para simplificar el esquema, en el siguiente pasaje dejaremos de lado el tercer sector de los países extranjeros, y en su lugar nos concentraremos en la relación entre el gobierno y el sector privado. Comenzaremos explorando el caso de una moneda nacional, que sentará las bases para entender la más compleja moneda supranacional que es el euro. Pero antes, profundizaremos en la comprensión de lo que significa vivir en un sistema monetario de dos fases.
- Sobre el tema de las estrategias contra la injusticia global, véase también el artículo “Deuda soberana, Europa y el Sur global” en este sitio web.
