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Cuestionario 8 of 11

c. El modelo neoliberal y la crisis financiera de 2008

Todo lo anterior dio lugar, en definitiva, a un panorama económico mundial dominado por el desempleo, la inflación, los déficits públicos y exteriores y el aumento del malestar social que vino acompañado. Una crisis general de estas dimensiones requería respuestas muy contundentes que comenzaron a producirse, ya en los años 70, en las dictaduras militares de América Latina, que fueron los primeros regímenes en aplicar las medidas liberales que luego se extenderían por todo el mundo. La caída del Muro de Berlín en 1989 y la de todo el antiguo bloque socialista, junto con la generalización del desempleo que debilitó enormemente a las clases trabajadoras, crearon las condiciones políticas para una recuperación orientada principalmente a beneficiar la recuperación  del beneficio empresarial. El apoyo teórico vendría de la mano de los principios neoclásicos que  ahora se reformulaban en lo que se ha rebautizado como neoliberalismo. 

La incorporación de las nuevas tecnologías de la información y el establecimiento de regímenes de plena movilidad para los movimientos de mercancías y capitales permitieron globalizar gran parte de la actividad productiva. Esta fue la nueva etapa económica de interconexión planetaria y de predominio de las ideas neoliberales que dio respuesta a la gran crisis de los años 70 y abrió la  puerta a una nueva era de perturbaciones financieras prácticamente sin obstáculos. Entre 1970 y 2003, poco antes de la última gran crisis de 2007, se produjeron 117 crisis bancarias sistémicas en 93  países y 113 episodios de tensión financiera en 17 países. En este contexto, un proceso de desregulación permitió a los bancos difundir productos financieros  de baja calidad y alto riesgo que acabaron contaminando todo el sistema financiero internacional. Con tipos de interés muy bajos, los bancos de Estados Unidos concedieron cientos de miles de préstamos hipotecarios a personas en situaciones financieras muy precarias. Eran las llamadas hipotecas subprime, también llamadas hipotecas basura o préstamos NINJA, porque se concedían a personas “Sin ingresos, sin trabajo y sin patrimonio”. Dichas hipotecas subprime se transformaron y combinaron en nuevos activos que los bancos llamaron Residential Mortgage Backed Securities (RMBS), es decir, obligaciones garantizadas por hipotecas residenciales, o Commercial Mortgage  Backed Securities (CMBS) si eran hipotecas comerciales. Fueron adquiridos por fondos de inversión  (a menudo propiedad de los propios bancos), que a su vez los derivaron a nuevos productos,  generando así una cadena perversa, ya que si la hipoteca inicial dejaba de pagar, todos los productos  posteriores perdían inmediatamente su valor.

Cuando estas hipotecas dejaron de pagarse, como era fácilmente previsible que tarde o temprano,  algunos bancos empezaron a registrar pérdidas o incluso a declararse en quiebra, ya a principios de  2007. Poco a poco la contaminación se fue extendiendo por todo el mundo, el grifo del crédito se fue cerrando y con ello la inversión se detuvo, el desempleo se multiplicó y todos los gobiernos se  enfrentaron a otra crisis global en 2008. Lo que empezó como una crisis financiera se convirtió en una crisis de la economía real. Sin recetas claras para afrontarla, todo indicaba que sería necesaria una intervención masiva del Estado, pero eso chocaba con el pensamiento neoliberal dominante.

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