7. LA INICIATIVA EMPRESARIAL DE LAS MUJERES COMO HERRAMIENTA PARA PROMOVER LA AUTONOMÍA ECONÓMICA DE LAS MUJERES
Empezar un negocio propio puede ser una de las herramientas más poderosas para el empoderamiento económico de las mujeres. A pesar de este hecho, las mujeres tienen menos probabilidades de convertirse en empresarias que los hombres. Hay una larga lista de factores que crean barreras o establecen limitaciones para que las mujeres inicien su propia actividad empresarial, como los mencionados en el texto anterior.
Sin embargo, existen muchas herramientas, iniciativas y proyectos de éxito que pueden servir de inspiración para conectar e inspirar a más mujeres para que se conviertan en empresarias y proporcionar a los principales responsables de la toma de decisiones más cifras basadas en pruebas sobre cómo el espíritu empresarial de las mujeres puede contribuir al bienestar económico y social.
¿Cuáles son las conclusiones más interesantes sobre el espíritu empresarial global de las mujeres?
El Global Entrepreneurship Monitor analizó la participación de las mujeres en las conductas emprendedoras en 59 economías, y las conclusiones se resumen en el Informe de Emprendimiento Femenino 2018/2019 (9).
- La actividad empresarial total (TEA) entre la población adulta en edad de trabajar (18-64 años) es globalmente del 10,2% para las mujeres.
- Las tasas más elevadas de TEA para las mujeres se encuentran en el África subsahariana (21,8%) y en América Latina (17,3%), mientras que las tasas más bajas se encuentran en Europa (6%) y en las regiones de Oriente Medio y Norte de África (9%). Por otro lado, en las regiones MENA se da la tasa más alta de intenciones empresariales de las mujeres (36,6,%).
- Hay nueve países en los que las mujeres declaran una actividad empresarial igual o superior a la de los hombres: Angola, Ecuador, Indonesia, Kazajstán, Madagascar, Panamá, Qatar, Tailandia y Vietnam.
- Las mujeres de los países con mayores ingresos tienen menos intenciones de crear una empresa que las de los países con menores ingresos, y Europa registra los índices más bajos (8,5%).
- Las tasas de abandono de empresas son más elevadas en los países de bajos ingresos (~5%), siendo las más altas en el África subsahariana (10,1%) y las más bajas en Europa (1,4%).
- La mayor tasa de participación en la actividad empresarial se da entre las mujeres de 25 a 34 años y de 35 a 44 años y aumenta con un mayor nivel de estudios.
- A nivel mundial, el 36,4% de las mujeres trabajan como empresarias en solitario, sin cofundadores ni empleados. Solo el 2,5% de las empresarias tiene más de 20 empleados.
- A nivel mundial, el 53,4% de la actividad empresarial de las mujeres se desarrolla en el comercio al por mayor y al por menor, y las mujeres operan sobre todo en los servicios gubernamentales, sanitarios, educativos y sociales. Sin embargo, en los países de ingresos altos la tendencia es la contraria y las mujeres operan sobre todo en los servicios financieros, profesionales y de atención al cliente.
- Las mujeres declaran tener menos confianza en sus capacidades para crear una empresa que los hombres.
Discurso crítico basado en la necesidad de reflejar el contexto general
Por otra parte, es necesario mencionar que el apoyo al espíritu empresarial no puede considerarse una herramienta poderosa para la capacitación económica de las mujeres sin tener en cuenta todo el contexto social.
Por ejemplo, en Alemania, en los primeros años del 2000, el gobierno fomentó el espíritu empresarial individual al tiempo que reducía los derechos garantizados para los empleados. Esto dio lugar a una menor seguridad en los puestos de trabajo y a un aumento de las condiciones laborales precarias. Por lo tanto, cada herramienta para la capacitación económica de las mujeres debe ser evaluada individualmente con respecto a la situación general específica del país y a las políticas que se han introducido.