2.1 Cómo abordan la desigualdad los regímenes tradicionales de bienestar

Una respuesta para reducir las desigualdades son los regímenes de bienestar⁴¹. Esping-Andersen distingue tres tipos ideales de regímenes de bienestar en el Norte Global: un régimen de bienestar liberal, conservador y socialdemócrata.⁴² Estos ofrecen diferentes tipos y grados de protección contra los riesgos sociales, ya que impiden la mercantilización de diversas funciones sociales como el trabajo, la previsión de la vejez, la educación, la vivienda, la salud y la asistencia. Difieren en el grado en que ciertos servicios públicos se consideran derechos sociales y, por tanto, no deben depender de la capacidad de pago. El régimen liberal de bienestar domina en los países anglosajones, como Estados Unidos, Reino Unido y Australia. Es un régimen centrado en aquellos que no pueden valerse por sí mismos en la economía de mercado: Los enfermos, las personas con necesidades especiales, los ancianos, los desempleados. No es explícitamente un estado de bienestar para todos, sino sólo para los que lo necesitan. En las sociedades de mercado, las personas son responsables de sí mismas y se les paga en función de su rendimiento en el mercado. Este estado de bienestar “residual” intenta evitar que quienes son capaces de trabajar reclamen indebidamente las prestaciones sociales, lo que conlleva un alto coste burocrático y una estigmatización. Las clases medias de estos países suelen esforzarse por mantenerse independientes de las prestaciones sociales. Por lo tanto, surgen soluciones privadas como escuelas privadas, pensiones privadas y seguros de salud privados para la clase media y los altos ingresos. El régimen de bienestar conservador domina en la Europa continental en países como Alemania, Austria y Francia. Históricamente, sus orígenes se remontan a los seguros colectivos que surgieron en grupos profesionales en los que se compartían determinados riesgos (por ejemplo, los mineros son víctimas habituales de accidentes mineros, las explotaciones agrícolas son víctimas de fenómenos meteorológicos extremos). En los regímenes de bienestar conservadores, el acceso a gran parte de las prestaciones de la seguridad social suele estar vinculado a la participación en el mercado laboral o a la ciudadanía, o a ambas cosas. Esto crea un estado de bienestar que funciona según los principios del seguro: Los asegurados son “insiders”, los no asegurados son “outsiders”. Entre estos últimos se encuentran los inmigrantes y muchas mujeres. El régimen de bienestar socialdemócrata domina en Escandinavia (Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia). Garantiza los derechos sociales universales y se esfuerza por ofrecer unas infraestructuras sociales públicas bien desarrolladas, educación, sanidad, asistencia y una vivienda digna y de calidad para todos. Esto lleva a una desmercantilización (parcial) de estos servicios, es decir, la asistencia a la escuela no es una mercancía que haya que pagar; las viviendas comunales y sociales reciben apoyo público. Los principios básicos de este modelo son una política de pleno empleo (todas las personas tienen derecho a trabajar) y el derecho a acceder a servicios e infraestructuras de buena calidad para todos los residentes (incluidos los de mayores ingresos).

El siguiente cuadro resume las características de los tres tipos de régimen de bienestar: 

Los distintos regímenes de bienestar tienen efectos diferentes sobre la desigualdad y los indicadores de bienestar social relacionados. El ejercicio 2.1 permite a los participantes explorar los resultados sociales de países con diferentes regímenes de bienestar.