1.5 La desigualdad existencial

La desigualdad existencial se refiere a formas de estigmatización y discriminación. El racismo, el sexismo, el capacitismo o el edadismo (entre otros) describen patrones sistémicos de desigualdad basados en la pertenencia a un grupo atribuido, que también son efectivos como desigualdad de recursos y vital (por ejemplo, las mujeres ganan menos, contribuyen menos a la crisis climática y la sufren más).  El concepto de interseccionalidad pone de relieve cómo estos patrones sistémicos para los diferentes grupos sociales están siempre conectados y conducen a múltiples opresiones y privilegios para ciertos grupos de personas a la vez. Aunque en las últimas décadas se ha avanzado en muchos países en la legislación contra la discriminación, ésta sigue siendo una causa de profundas desigualdades. Para comprender plenamente la realidad social de la desigualdad, tenemos que examinar la desigualdad existencial. Las personas se enfrentan a la discriminación y la estigmatización en la interacción diaria con las instituciones y los individuos, que oprimen su capacidad de autodeterminación y participación social. A pesar de estar formalmente prohibida, la discriminación estructural persiste en la cultura y en instituciones como la vivienda o los mercados laborales.