5.1 La historia contraataca

Con el tiempo, las tesis keynesianas adquirieron una gran influencia gracias a que enseguida mostraron una capacidad mucho mayor que las neoclásicas para hacer frente a los fenómenos económicos de la época. Sin embargo, ninguna de las sucesivas actualizaciones del modelo keynesiano original aportó respuestas suficientemente potentes, teórica y políticamente, a los problemas que surgieron a lo largo de los años setenta y ochenta.

Las políticas keynesianas habían aportado soluciones satisfactorias durante los años de crecimiento expansivo de la posguerra, pero se volverían realmente ineficaces ante un nuevo tipo de recesión de las últimas décadas del siglo XX. La combinación de altos niveles de desempleo puso en tela de juicio el uso keynesiano de las políticas económicas. La internacionalización de las relaciones económicas chocó con el análisis de la demanda en economías cerradas. La crisis de productividad que obligó a la reconversión tecnológica y el surgimiento de un conflicto distributivo muy profundo que hizo imposible abordar la regulación del empleo como una dimensión más de la política de ingresos, fueron obstáculos que el keynesianismo original no estaba en condiciones de resolver. Al igual que ocurrió con el modelo neoclásico, la realidad también pasó factura a la escuela de pensamiento keynesiana.